domingo, julio 26, 2009

Multiplicar, no dividir

Estoy preparando a estas horas de la noche unas palabras para la festividad del Carmen. Tengo que ir a Santo Tomé, en Outeiro de Rei. Allí celebran la fiesta en honor de la Virgen del Carmen el último domingo de julio. Si ayer hablaba de fijarse en lo central de las fiestas haciendo referencia al Apóstol Santiago, hoy no voy a decir lo contrario, pero sí algo que puede parecer distinto a simple vista.

Miro en primer lugar para el día de la semana, no para la festividad que se celebra. La liturgia del domingo se centra el el relato de la multiplicación de los panes y los peces que realiza Jesucristo. Estamos en crisis, sí, pero cuando reflexionamos sobre todo lo que tenemos y podemos repartir, multiplicar, nos damos cuenta de que es mucho lo que podemos hacer. No va a servir de nada, sino para seguir quejándonos, cuando no pensamos más que en nuestras necesiades. Si volvemos la vista hacia el que tenemos al lado, puede que cambie nuestra forma de ver las cosas. Ésta es la idea que qería recalcar en un primer momento.

A continuación sí que me centro en el personaje del día, en el caso concreto de Santo Tomé es la Virgen del Carmen. El Monte Carmelo tiene una cierta similitud con el lugar en el que se produce el milagro anteriormente reseñado. Jesús después del pronunicar su sermón, de alimentar espiritualmente a sus discípuloc, se preocupa también de sus necesidades físicas: hay que dar de comer a toda la gente que se acercó a escucharle.

Las advocaciones marianas como la del carmen que recordamos hoy nos hacen pensar en nuestra madres, que se preocupan siempre de todas las necesidades de sus hijos. Y así lo quiero expresar en este día en la figura de la Virgen del Carmen, madre de todos, que atiende siempre todas nuestras necesidades.

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