Esta mañana me llega un mensaje al móvil informándome de que Juan José Cebrián acaba de fallecer. Actualmente, Cebrián Franco, sacerdote de la arcuidiócesis de Santiago de Compostela, era director de la oficina de Sociología, Estadística e Internet y dedicaba su tiempo al hecho jacobeo y a ayudar generosamente en la Delegación Diocesana de Peregrinos. Podéis consultar su amplia biografía en el blog de la Oficina de Prensa del Arzobispado de Santiago.
Sin conocer más que de oídas su nombre, hace años coincidíncon él en unas jornadas de informática en Burgos, organizadas por la Conferenica Episcopal. Recién jubilado de sus clases, dedicó horas y horas e su tiempo -nunca libre, sino de servio a la Iglesia- a adquirir los conocimientos necesarios para difundir la realidad de la Iglesia Compostelana por la Red de Redes. Creó de la nada la página web del Arzobispado y ayodó a informatizar la curia, preocupándose siempre poque a nadie le faltasen medios técnicos para realizar su labor diaria. Creía en lo que estaba haciendo. Se adaptó a las nuevas tecnologías de la sociedad de la información y consiguió posicionar la información de la vida diocesana en el ciberespacio. Pionero, sin duda, ejemplo a seguir de constancia, de empeño por conseguir sus ojjetivos, de luichar contra lo que parece imposible y vencedor en todos sus empeños. Que el paso a la casa del Padre represente ahora su victoria también sobre la muerte por los méritos de la pasión y muerte de Jesucristo. Decanse en paz.
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