sábado, octubre 27, 2012

Día de Todos los Santos y día de Difuntos

Solemnidad de Todos los Santos y Conmemoración de los Difuntos

Los cristianos rezamos desde hace cientos de años a los santos. Según la devociones de cada uno, presentamos nuestra oración pidiendo la intercesión de "los mejores hijos de la Iglesia" para que se hagan realidad nuestros ruegos. Los santos son considerados buenos intercesores porque se acercaron con su estilo de vida al modelo de Jesucristo y por ellos los consideramos "en el cielo", perfectos ahora al lado de Dios.

Hay  santos conocidos y desconocidos. Los santos que están en los altares, más o menos venerados, personas que cada año engrosan la lista del santoral cuando son canonizados - hoy siguen habiendo santos que se canonizan oficialmente para su veneración pública- y los santos que no se les reconoció públicamente su estilo de vida ejemplar, pero que no por eso dejan de ser santos. En esta lista están otras muchas personas anónimas que están igualmente en el cielo. A todos ellos se les honra en la festividad de Todos los Santos. Son personas desconocidas para la mayoría, pero que nunca van a olvidar aquellos que tuvieron la suerte de conocerlos.

Al día siguiente, día 2 de noviembre, es el día de difuntos. En esta jornada tenemos presentes a todos nuestros familiares fallecidos, para quien pedimos que participen en la gloria de los santos. En su tránsito de este mundo a la eternidad, de esta dimensión finita e imperfecta, a la nueva realidad existencial de la que nos hablar Jesucristo como "los cielos nuevos y la tierra nueva", una forma de existencia no sometida a las limitaciones de nuestra vida terrena. Por eso tradicionalmente, la Iglesia fomentó la oración  por los difuntos. Y siempre se respetó el cuerpo y los cementerios como "dormitorio" hasta que un día amanezcan a la vida resucitada. Los cementerios cristianos no son "necrópolis" como los griegos, no son ciudad de muertos.

Fiesta de Todos los Santos

Con la cristianización del imperio, los papas pudieron remplazar las prácticas paganas. El 13 de Mayo de 609 o 610, el Papa Bonifacio IV consagró el Panteón Romano (donde antes se  honraba a dioses paganos) para ser templo de la Santísima Virgen y de todos los Mártires. Fue así que se comenzó la fiesta para todos los santos. Gregorio III (731-741) la transfirió al 1ro de Noviembre. Gregorio IV (827-844) extendió esta fiesta a toda la Iglesia.

Hoy es necesario renovar la Solemnidad de Todos los Santos y vivirla según esta teología cristiana, de los contrario, las fiestas paganas pueden tener consecuencias negativas para las nuevas generaciones, que son fácilmente influenciables y no son conscientes de los riesgos que conlleva la participación en ciertos ritos en los que se invoca a los muertos.  La sustitución de los rituales paganos por los cristianos buscaba  acabar con supersticiones antiguas, de ritos ancestrales que infundían temor a los muertos. Juegos peligrosos que aún hoy se practican y que están basados en el miedo y la venganza más que en el amor y la paz que predica el cristianismo.

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